Este lunes se reanudó la audiencia contra Carolina Galván, madre de la menor Sara Sofía y principal señalada de su desaparición.
En la audiencia, un juez de control de garantías ordenó medida de aseguramiento en centro carcelario para Galván y le imputó el delito de desaparición forzada agravada.
Pero además de la medida de aseguramiento y del delito imputado a la mujer, las audiencias del caso dieron de qué hablar por cuenta del errático comportamiento que mostró la mujer en varias ocasiones.
En la audiencia adelantada el pasado viernes, 6 de agosto, el comportamiento de la madre de la menor ha sido fuertemente criticado.
En el video se puede observar que Galván hace muecas, bosteza, se estira y juega con su cabello, justo cuando la fiscal del caso expone las pruebas y dudas sobre la desaparición de la menor.
Pero el momento más criticado sucede cuando Galván tiene un ataque de risa en plena audiencia. Se observa que la mujer se lleva la mano a la boca para cubrirse mientras se ríe.
Tras el suceso, el juez le llamó la atención y le pidió que se concentrara en lo que estaba sucediendo en la audiencia.
“Señora Carolina, tiene que prestar atención por favor. Yo estoy hablando y usted le está prestando atención a otras personas”, se escucha decir al juez.
Intento de suicidio
Ya en la audiencia de este lunes, se conoció que la mujer intentó lanzarse del sexto piso de la sede judicial de Ibagué en donde se le iban a imputar los cargos.
Según información publicada por este medio, en el receso de la audiencia la mujer intentó lanzarse del edificio, pero el personal del CTI evitó la acción.
La mujer ingresó hacia las 3:30 p. m. al Hospital Federico Lleras Acosta con diagnóstico de “intento de suicidio”.
«Inmediatamente (se) activó la ruta de atención para los pacientes con este tipo de patología y se inició todo el manejo multidisciplinario. Fue valorada por psiquiatría, quienes consideran que la paciente cursa con una reacción a estrés agudo«, dice el comunicado del hospital, según publicó EL TIEMPO.
Carolina Galván permanece con vigilancia médica, tratamiento farmacológico y a la espera de pruebas de personalidad para descartar alguna patología que haya desencadenado su comportamiento.
